Se celebrará el 16 de marzo
El municipio de Cobeta (Guadalajara) acoge el 16 de marzo la I Jornada festiva Resinera que pretende visibilizar el sector, en una actividad que mezcla lo festivo con la reivindicación de apoyo a este oficio.
Esta jornada, que coincide con el arranque de la campaña resinera, está organizada por la fundación Rewilding Spain y la colaboración de la Asociación Tras las Huellas.
“La idea es organizar una jornada festiva entorno a todo lo que es el sector de la resina asociada a la etnografía y el trabajo resinero y ponerlo en valor porque es un oficio antiguo que se ha ido recuperando en estos años”, ha explicado a EFE Basi Rodríguez, secretario de la Asociación Tras las Huellas y tesorero de la Asociación de Resineros de Guadalajara que cuenta con una parcela de investigación en la zona.
La jornada comenzará con una charla informativa y una demostración en vivo de las labores del resinero en el Pinar de Cobeta a las 12:00 horas, al que seguirá un vermú en la plaza mayor amenizado por la rondalla de Cobeta y acompañado de las cervezas artesanales de La Balluca y con un concurso de clavado, una de las tareas que se hace al arranque de la campaña.“Se explicará en qué consiste el oficio y las diferentes tareas que se realizan a lo largo del año”, ha apuntado Basi.
La jornada continuará con una comida popular en el Ayuntamiento a las 14:30 horas, seguida por un espectáculo callejero de Las Trementinaires, “que son unas mujeres que hacían productos naturales derivados de la resina y se está intentando recuperar".
Por último, aprovechando el vocabulario singular asociado a los resineros, harán un Pasapalabra Resinero con premios locales para todas las edades.
Rodríguez ha señalado que el sector resinero sufre de los mismos problemas del campo que ahora reivindican agricultores y ganaderos, como los efectos el cambio climático, la falta de precios justos y además sin ayudas institucionales.
Además, ha recordado que la resina ha sido un motor de desarrollo tradicional en la zona y ahora son cerca de una docena de familias las que viven de ello en esta zona y la Sierra Norte.
“El resinero tiene que trabajar a pie de campo y el trabajo no te permite vivir en otro sitio por lo que la resina fija población”, ha asegurado Rodríguez.