La localidad celebra la fiesta del patrón de los agricultores
Fotografía antigua de San Isidro saliendo de San Miguel. Foto: Cedida Calles Azuqueca
A San Miguel Arcángel se le suele representar como un guerrero celestial, un soldado del bien que vence al demonio en forma de dragón. Y así, de esta guisa, clavándole la espada al maligno, preside el retablo de la iglesia de la que es titular, en Azuqueca. A su derecha, en uno de los laterales que forman la cruz latina del templo, San Isidro Labrador observa a los feligreses junto a Santa María de la Cabeza mientras un par de bueyes se encargan, conducidos por un ángel, de arar los campos.
San Miguel Arcangel, en el retablo de la parroquia. Foto: GUdiario.
San Miguel y San Isidro juntos, frente a frente, los dos bajo un mismo techo. Las dos figuras del santoral reflejan dos devociones, dos apegos, dos cariños especiales que ha tenido y tiene la localidad azudense. Ahora que se acerca el 15 de mayo y nos aprestamos a celebrar el patrón de los agricultores, aclaremos un asunto: ¿Quién es realmente el patrón de Azuqueca?
Parece ser que la historia se inclina por el santo madrileño, tal y como recoge Pedro Valdivieso en su libro “Azuqueca. Ayer y hoy en su historia”. “Ya en 1785 se dice en el Interrogatorio de Lorenzana que el Titular de la villa era San Isidro Labrador”, recoge el historiador azudense. Como vemos, la devoción por el patrón de los agricultores viene de lejos.
San Isidro y Santa María, en la parroquia de San Miguel. Foto: GUdiario.
Y es que, en un pueblo de hondas raíces agrícolas, ¿a quién se iba a venerar? El también historiador local, Alejandro Mañas, recuerda “que eran comunes las prerrogativas que se hacían durante el mes de mayo a San Isidro Labrador como patrón de la villa”
Entonces ¿cuál es la función de San Miguel? “Debió ser el patrón de Azuqueca durante algún tiempo; es verdad que hay mucha devoción, por la parroquia”, afirma Mañas. A este respecto, Pedro Valdivieso recuerda en su obra que el 29 de septiembre, festividad del Santo Arcángel, era una fecha marcada en Azuqueca, sobre todo por los jornaleros “Era honrado por el pueblo, en especial por aquellas personas que ese día “ajustaban” por otro año para quien iban a trabajar”. Tal vez por eso la historia, o algunas historias transmitidas de forma oral, afirmaban que “el patrón azudense era San Miguel, mientras que San Isidro era el de los agricultores, aunque era este último el que más se celebraba”.
Precisamente a este respecto la historiadora azudense María Jesús Albarrán recuerda haber escuchado, en su época escolar, el comentario de una maestra. “Ella nos decía que el patrón de Azuqueca era San Miguel” aunque reconoce, como profesional, que “no hay ningún documento escrito sobre esto”.
Al margen de quién sea o no sea el patrón, lo que está claro es que la devoción por ambos existe en Azuqueca. Y la relación entre los dos santos es, cuando menos, estrecha. Lo hemos apuntado al principio, la imagen de San Isidro (por cierto, renovada tras la destrucción de la original en la Guerra Civil) se encuentra en la parroquia de San Miguel.
Fuente de San Isidro, en 1953. Foto: Cedida por Calles de Azuqueca.
Además, recordemos, en 1953 Azuqueca construyó en los exteriores del templo, denominados Plaza de San Miguel, una fuente a la que nombró....de San Isidro. Por otro lado, los dos santos tienen calle en Azuqueca, ambas paralelas y situadas en el barrio de La Estación. Además, cada uno tiene a su nombre un lugar prominente en la localidad y mientras el agricultor da nombre a un instituto de Educación Secundaria, el guerrero celestial le presta el suyo a un campo de batalla: el estadio de fútbol donde disputa sus partidos el Club Deportivo Azuqueca.
Otros santos
Pero las devociones, como el amor, no son eternas, van y vienen con el paso del tiempo. Y así, Azuqueca ha tenido “amores” a distintos santos. Según consta en las relaciones topográficas de Felipe II, en 1575 Azuqueca veneraba a San Sebastián (20 de enero) y también a San Gregorio Nacianceno (9 de mayo) “a los que también se tenían devoción en localidades como Villanueva, Quer, Alovera y Chiloeches”. Lo recoge María Jesús Albarrán en la obra publicada con motivo del 400 aniversario de la Hermandad de la Virgen de la Soledad.
Parroquia de San Miguel Arcángel. Foto: Google Views.
A este respecto, es curioso conocer cómo se van modificando esas devociones. Lo explica perfectamente Alejandro Mañas. A San Gregorio se le había dado, en la península ibérica, la función de protección contra las plagas de los viñedos. “La filoxera, en el XIX, terminó con todas las viñas que quedaban en la Campiña, desapareciendo el culto a este santo protector dado que de San Isidro se hace más fuerte en toda Castilla desde su canonización en el XVII”.
En su trabajo “400 años de Religiosidad Popular en Azuqueca de Henares” publicado por “Cuadernos de Etnología de Guadalajara”, el historiador azudense desvela también otros santos a los que se ha rendido culto en la localidad. Uno de ellos es San Juan. Podemos rastrear su existencia, de nuevo, gracias a las relaciones topográficas de Felipe II, que nos habla de la existencia de una venta y una ermita (hoy desaparecidas) dedicadas a este santo. También se celebraba una romería a San Marcos, a la que acudían vecinos de Azuqueca y Alovera.
Fiesta de La Espiga, en los festejos en honor a San Isidro. Foto: GUdiario.
Por otro lado, en Azuqueca se veneraba al Santísimo Sacramento, cuyo culto se hacía durante todo el año (la cofradía se fundó en 1614) y a la Vera Cruz, que se celebraba el 3 de mayo, día de la Cruz de mayo. La cofradía se fundó en 1671 para evolucionar, posteriormente, a la actual de la Hermandad de la Virgen de la Soledad, la patrona de Azuqueca.
Por cierto, señala Alejandro Mañas en su obra un dato curioso sobre la advocación y la religiosidad en Azuqueca. La Cofradía tenía una imagen del Cristo de la Luz, que se guardaba en San Miguel y que tuvo mucho calado social “entre la primera mitad del s.XIX y hasta el comienzo de la Guerra Civil los libros de bautismo que se guardan en el Archivo Diocesano de Sigüenza muestran, como nombre popular en la villa, el de María de la Luz. Seguramente la desaparición de la imagen durante la Guerra Civil acabase también con esta costumbre” finaliza Mañas.
María de la Luz...ahora la religiosidad ha cambiado, o serán los tiempos. La veneración a los santos no se mide por los nombres de los recién nacidos. Si no, Azuqueca estaría llena de Isidros y Migueles.