Las mediciones las efectúa la estación local del Instituto de Calidad del Aire (ICA)
Mediciones de la estación azudense. Foto: Aplicación ICA-Ministerio.
El incendio de una nave de almacenamiento de pilas y baterías de litio de Azuqueca tuvo en vilo a varias localidades del Corredor durante todo el fin de semana. La extensa nube de humo y la variación del viento, con el peligro de que invadiera de lleno las localidades cercanas y terminara afectando gravemente a la población, obligó a las autoridades a lanzar determinadas alertas. La toxicidad del humo podía causar problemas tales como picores de garganta o dolores de cabeza e, incluso, llegar más allá.
La evolución del suceso, sin embargo, ha sido positiva. Con los vaivenes propios provocados por el viento, la nube se ha ido disipando según avanzaban las complicadas labores de extinción. Sin embargo, el olor a quemado no ha dejado de percibirse, especialmente en la localidad azudense, donde se ha notado sobremanera en la zona industrial.
El incendio provocó una gran nube. Foto: JLS
A pesar de la sensación olfativa, la calidad del aire no es mala, todo lo contrario. Así lo dice la estación de medición de Azuqueca del ICA (Índice de Calidad del Aire), un indicador elaborado por el Ministerio para la Transición Ecológica.
Consultada este miércoles a las 12,00 horas, la calidad del aire que se respira en la localidad azudense es “razonablemente buena” Según este análisis la concentración de dióxido de nitrógeno (NO2) es de 8.0, cuando los umbrales correctos se centran entre 0-50. Esto es especialmente importante ya que las altas concentraciones de este gas pueden causar irritaciones en los ojos, nariz y garganta, así como problemas respiratorios. La tendencia de este indicador es a la baja.
El incendio, cerca ya de quedar extinguido. Foto: Ayto de Azuqueca.
En cuanto al ozono (O3) su concentración en el aire azudense este mediodía era de 55,6, una situación calificada como “moderada” según el ICA, que sitúa estos márgenes de moderación entre 51-100. En esta ocasión la tendencia es también descendente.
En relación a las partículas en suspensión, las finas (PM2.5) tienen un nivel de 7,7 por metro cúbico (µg/m³), un valor considerado dentro del rango de “buena calidad del aire” según los estándares internacionales. Los índices, no obstante, están al alza. Estas partículas son capaces de ingresar profundamente en los pulmones e, incluso, alcanzar el torrente sanguíneo; por su parte, las PM10, aunque menos finas, pueden llegar hasta las vías respiratorias superiores, provocando irritación en la nariz, garganta y bronquios. La medición de esta mañana no detecta su presencia en el aire de Azuqueca.
Finalmente, en cuanto al dióxido de azufre (SO₂) alcanzaba este mediodía un valor de 2.0 microgramos por metro cúbico, un nivel considerado bajo y sin impacto en la salud pública. Este gas, que proviene principalmente de la quema de combustibles fósiles y actividades industriales, es uno de los responsables de la lluvia ácida y puede causar problemas respiratorios si sus concentraciones son elevadas.
Estas mediciones son de dominio público y están a la vista de todos a través de la aplica ICA, que se puede instalar en los teléfonos móviles.
Momento del incendio de la nave, el pasado viernes. Foto: GUdiario.
Extinción
El aire de Azuqueca, por tanto, está limpio pero, ¿podemos cantar victoria? El del polígono Ródano no es el primer incendio de estas características que se produce en el mundo.
De hecho la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos, ha realizado una estadística de los más de 200 incendios registrados en plantas de residuos y reciclado de baterías. Existe, por tanto, una abundante literatura científica al respecto. Trata aspectos tales como ¿por qué se producen estos incendios?, ¿por qué son tan difíciles de extinguir? y, lo hemos visto ya, aborda los efectos que puede tener en la población a corto plazo.
¿Y a la larga? Porque las consecuencias pueden llegar también después y no sufrirlas las personas, al menos no directamente. Cuando se incendian o explotan baterías de litio se liberan gases tóxicos como fluoruro de hidrógeno (muy corrosivo), óxidos de metales pesados y partículas finas. Si, además, se han quemado pilas alcalinas se puede liberar también hidróxido de potasio o gases irritantes como amoníaco o pequeñas cantidades de metales pesados.
En los análisis del aire de Azuqueca no aparecen, pero, sin duda, lo que sí surge son otras preguntas. ¿Dónde han ido?, ¿cuáles van al suelo en el lugar del incendio, y de éstas últimas, cuáles se quedan en el terreno?, ¿cuáles pueden acabar en los acuíferos?, si la nube se ha ido, ¿la contaminación vuelve cuando llueva?