La religiosa del Giovanni Antonio Farina regresa a su Italia natal
La religiosa ha dejado huella. Foto: instagram parroquia_stacruz_murialdo
Cincuenta años de trabajo paciente, callado, constante. Medio siglo de sembrar semillas para ver los frutos en generaciones enteras. Es una de esas personas que lo ha dado todo por Azuqueca, sin reservas; pero ya ha llegado el momento de descansar, de decir adiós y regresar a su Italia natal.
Cuando se marche, dentro de unos días, Sor Raffaelina dejará un vacío profundo en el colegio Giovanni Antonio Farina (vulgo Las Monjas), donde ha impartido clases. La parroquia de la Santa Cruz, que le dedicaba recientemente un pequeño homenaje, también echará de menos su presencia en los oficios, su ayuda a la comunidad...su todo.
Sor Raffaelina llegó a España en 1968. Aterrizó primero en Sigüenza, donde estuvo siete años, antes de llegar a Azuqueca para embarcarse en un colegio que, por entonces, ya llevaba dos años con las puertas abiertas. “Comencé dando clases de matemáticas y religión a sexto, séptimo y octavo, hasta que terminó EGB y comenzó la ESO. También fui directora durante 15 años” recuerda la religiosa, “di catequesis en la Parroquia de Santa Cruz, preparé a muchísimos niños para la Primera Comunión” Tras su jubilación continuó ayudando en la biblioteca del colegio y siguió presente en la comunidad parroquial.
Aquí ha dado clases la religiosa durante 50 años. Foto: gaf-azuqueca.com/
Sor Raffaelina nació Vicenza (Italia) en el seno de una familia de profundas convicciones católicas. De hecho, de los diez hermanos, cinco se convirtieron en religiosos; ella, por su parte, ya tenía claro su camino desde los 17 años. Antes de llegar a España, estuvo tres en Ecuador.
La fe y la oración sostienen su vida y eso lo ha aplicado a su tarea educativa. “Desde pequeñas nos hemos llenado de Dios, y por eso yo, a los niños que vienen con problemas o que están tristes, les digo que Jesús les quiere mucho. Con cualquier palabrita intento hacerlos felices, superar situaciones, porque vienen con problemas de familia, y hay que tener mucho cuidado. Hay que tener paciencia”.
Azuqueca
Trabajar cincuenta años en un mismo lugar dan para mucho pero, sobre todo, convierten a uno en testigo de excepción de la evolución de ese lugar. Sor Raffaelina lo tiene claro sobre el que ha sido su hogar desde 1975, “ha pasado de ocho o diez mil habitantes a casi 40.000. Muchos vienen de fuera, de otros países. Todo el mundo se está adaptando y respetan a los demás; en general, en Azuqueca veo el ambiente bastante bueno”, afirma la religiosa. “Ahora, nuestra labor es un poco distinta porque ellos llegan buscando trabajo, buscan ayuda y, entonces hay que hacer de todo”
Publicaciones de agradecimiento en las redes. Foto:instagram Santa Cruz.
En este sentido Sor Raffaelina señala el trabajo de Cáritas, la labor de las familias y de los voluntarios, que ayudan y acogen a quienes lo precisan “porque si hay gente que viene, será porque lo necesitan. La gente viene a Azuqueca para buscar trabajo”
Unos llegan y otros se van. El próximo lunes Sor Raffaelina nos dejará, aunque no del todo. Con ella se llevará un trocito de Azuqueca, un lugar que, cuenta, le ha aportado mucho durante este medio siglo “me ha dado posibilidad de hacer mucho bien. Con la ayuda del Señor he podido sembrar bastante. Veo que han crecido muchos niños, ¡algunos de ellos ya son abuelos!. Dejo a este pueblo tranquilo, porque veo que es un lugar relajado y donde hay que seguir sembrando, con mucha fe”