Amigos de los acusados han dado también detalles de cómo se fraguó el suceso que acabó con la vida de tres personas
Segunda jornada del juicio en la Audicencia Provincial
Segunda jornada del juicio por el triple crimen de Chiloeches que ha comenzado con la declaración de Yerai, el hijo de la familia asesinada en abril de 2024 en el crimen de Chiloeches.
Yerai ha narrado como en torno a las 3 de la madrugada se despertó al oír gritos en su casa, escuchó un grito de su padre y un fuerte golpe, un minuto después escuchó gritar a su hermana y otro fuerte golpe. A su madre no la escuchó.
Instintivamente bloqueó la puerta de su habitación sujetando el pomo, y en ese momento notó que alguien intentaba abrir pero desistió al ver que no podía. Instantes después salió de la habitación viendo a su hermana tendida en el suelo, por lo que creyó que estaba muerta, y abandonó la casa saliendo por la terraza de la cocina. El testigo ha reconocido que el pestillo de la puerta de acceso a la cocina desde el jardín no funcionaba y que eso le permitió huir a él y supuestamente al agresor que habría usado ese mismo camino. Yerai saltó la valla y anduvo un par de calles desorientado y finalmente llamó al 112 para pedir auxilio. Cuando volvió a la casa ya estaba allí la guardia civil y la casa estaba ardiendo. El testigo, y único miembro de la familia con vida, ha expresado que se salvó porque huyó “pienso que actué bien, porque si no, no estaría aquí”- ha declarado.
Yerai ha reconocido que su hermana tenía una relación con Cristian, uno de los acusados, y que pesaba sobre él una orden de alejamiento, orden que incumplían porque seguía yendo a comer al domicilio familiar. Además ha declarado que la madre era conocedora de esa orden de alejamiento mientras que el padre lo desconocía. En su declaración ha confirmado que había dinero en la casa y varios relojes pero ha señalado que tenían más valor sentimental que económico. Ha asegurado que su hermana conocía la existencia de dinero y relojes pero que no sabía lo que valían “sabía que había pero marca y cantidad no lo sabía. ¿Sabía que había?, sí y donde también”- ha declarado. Por otro lado ha confirmado que su madre siempre trabajada de noche y su padre a turnos aunque ese día la madre estaba en casa porque tenía un problema en el menisco.
Declara el entorno de los acusados
En la imagen dos de los acusados. Fernando, el autor material, en primer plano. detrás David/ EFEEsta mañana también han prestado declaración uno de los amigos de los acusados quien ha reconocido que Cristian, la pareja de Laura (la joven asesinada), había hablado del robo en varias ocasiones. Según ha comentado la idea era esperar a que ésta les avisara de que los padres no estuvieran en la vivienda para entrar y llevarse el dinero y las joyas. Ha asegurado que “hablaban mucho de eso” pero nunca se lo tomó en serio. En otro momento le escuchó decir al presunto autor, Fernando, que iba a entrar tanto si estaban los padres como si no.
La noche de los crímenes recibió una llamada de Fernando, el autor material, diciéndole que "si estaba disponible para una historia" pero le dijo que no. Al día siguiente conoció los hechos y fue voluntariamente a declarar para informar de lo que sabía.
Más complicada ha sido la declaración de la novia de Fernando, el principal acusado. En un principio ha respondido a las preguntas de la fiscal pero con continuas evasivas lo que ha llevado a la presidenta del tribunal a recordarle que podía no declarar por ser pareja del acusado pero que si lo hacía tenía que decir la verdad. La testigo ha seguido en su línea lo que ha llevado a la presidenta a recordárselo de nuevo llegándole a decir que “contestar con evasivas es como mentir”. Finalmente se ha negado a declarar y solo ha respondido a varias preguntas del abogado de su pareja.
Tras estas declaraciones ha comenzado la de agentes de la policía nacional y judicial.
El primero en prestar declaración ha sido el que en ese momento era el jefe de la policia judicial de Guadalajara quien ha desvelado que se encontró en la cama del matrimonio asesinado el teléfono de Fernando y que se le consiguió localizar porque su pareja había reservado una habitación para dormir en Daganzo y al dirigirse allí los encontraron. En esa habitación encontraron relojes y joyas, una de las pulseras ponía el nombre de Elvira, una de las fallecidas. Aunque no participó en la detención de Fernando ha asegurado que en el momento de tomar declaración estaba "tranquilo" y que no pidió consumir droga.