Víctor Hernández reicbió de rodillas a su tercer toro, y lo dio todo para salir por la puerta grande. Fotos: Pepe Riofría Herranz

Los de José Vázquez defraudaron también en la corrida de la tarde.

 Mal espectáculo el que se vivió en Las Cruces. Ginés Marín se llevó una oreja de un público festivo pero no pudo hacer mucho. Víctor Hernández se justificó y puso ganas pero sin toros es complicado. El mal uso se los aceros se llevó las pocas posibilidades de éxito. Mala corrida de José Vázquez que dio al traste con la tarde. La plaza registró una buena entrada de casi dos tercios.

Seis toros de José Vázquez (encaste Domecq): Dispares de hechura aunque con cuajo en general.  Sin fuerza, descastados y parados. Inválidos en general. Nobles pero sin trasmisión.

Ginés Marín: Estocada casi entera (petición y ovación desde el tercio); estocada -aviso- (oreja); media estocada y descabello (escasa petición y ovación desde el tercio).

Víctor Hernández: Casi entera tendida y descabello (escasa petición y ovación); casi entera tendida y descabello (silencio); media tendida y seis descabellos (silencio).

Plaza de Toros de Las Cruces, segunda de feria. Casi dos tercios de entrada en tarde soleada y muy calurosa. Actuó de sobresaliente Álvaro de La Calle. Se desmonteró Marcos Prieto en el sexto.

Esta verónica de Ginés Marín estuivo entre lo mejor de la tarde./Foto: Pepe Riofrío.Si juntamos todo lo que se vió ayer en Las Cruces, casi hacemos una faena completa. Un recibo a la verónica de Gines Marín en el quinto, un par de pullazos muy medidos y sabiendo mover al caballo, un quite, capote a la espalda, de Víctor Hernández, el tercio de banderillas de Marcos Prieto al sexto, el inicio de faena de Víctor Hernández de rodillas al sexto, dos buenas tandas de Gines Marín, una al primero y otra desde el centro a los adentros del quinto y muy poquito más que llevarse. Porque las espadas tampoco estuvieron muy acertados los dos toreros. Si eso además le ponemos la del buen tiempo del quinto toro cuando se escondió el sol salvamos la tarde.

Ginés Marín se llevó una oreja de un público festivo que deseaba su triunfo./Pepe Riofrío.
Pero la de ayer es de las peores tardes que se recuerdan en Las Cruces y es que el terreno ya estaba abonado con el encierro que se vio por la mañana. Otra tarde más que se llevan los toros en esta plaza y ya van demasiadas. Ayer hubo muy buena entrada y de nuevo la gente se fue defraudada.
Gines Marín se llevó una oreja del tercero de un público festivo y no fue porque él no pusiera entrega y ganas, pero un toro tras otro se encontraba con animales desfondados, sin codicia y que se acababan justo antes de empezar la faena. Los cuidó en el caballo con pullazos muy medidos y en el del del tercer toro su picador cayo derribado sin consecuencias. Fuel el único que vio posibilidades de lucimiento cuando brindó el primer toro, una declaración de intenciones que se acabó en una tanda por el derecho. En el tercero se inventó una faena ante un toro parado a base de toques y exposición. EL quinto, que prometía más el trasteo, resultó desordenado y sin acople sobre todo porque el toro no tenía faena.Víctor Hernández en un templado derechazo./Pepe Riofrío.
Víctor Hernández sabe que no le van a regalar nada y vino a Guadalajara a defender su feudo, primero por lo civil y ya en el sexto por lo criminal. Lo intentó pero sacar agua de pozos vacíos es muy difícil y más si además se te atasca la espada. Aunque el detalle de compromiso de comenzar la faena de rodillas con pases cambiados en los medios al último toro se ha convertido en una tarjeta para justificar su inclusión en la feria del próximo año. Del resto de su actuación muchos pases sueltos, mucho arrimarse y un despliegue técnico en el cuarto toro que era un registro que muestra su progresión. Víctor Hernández dio muchos pases sueltos, mucho arrimarse y un despliegue técnico en el cuarto toro que era un registro que muestra su progresión./ Pepe Riofrío

Si después del espectáculo mañanero y de tarde de José Vázquez está un lustro sin volver a Guadalajara, sería una muestra de respeto a quién pasa por taquilla.