Carmen Rodrigo Sanz deja a sus hijos la mejor herencia: la genética.
Carmen Rodrigo, el pasado 14 de julio, el día de su 108 cumpleaños./Foto cortesía de la familia.
Podemos decir que era la abuela de Guadalajara, y muy probablemente -porque no hay un registro público que lo certifique- la guadalajareña que ha llegado a mayor edad en tiempos recientes.
Exactamente a los 108 años, y lo que es más importante: lo hizo en un estado de salud envidiable, hasta el punto que siempre presumía de que no tomaba pastillas y les decía a su familia: "La mejor herencia que os dejo es la genética". Hasta tal punto es así que cumplidos los 100 años seguía teniendo un gran tono vital y cuando iba de vacaciones al mar no dudaba en meterse en el agua y nadar.
El 14 de julio pasado cumplió los 108 años y se encontraba, como siempre, tan estupendamente como se aprecia en la fotografía superior. Recibió la felicitación de su familia, un ramo de flores y todos se citaron para el 109 aniversario; si Dios quiere. Pero esta vez no fue posible. Ella,que superó dos veces el Covid, no pudo con una neumonía que cogió recientemente.
Carmen deja cuatro hijos, María del Carmen, María Luisa, Manuel y Carlos; 12 nietos y 18 biznietos. Fue enterrada este viernes en el cementerio de Guadalajara tras su funeral.