Comienzan las fiestas del Santo patrón de los agricultores
San Isidro, sacado en procesión. Foto: GUdiario.
La procesión, la bendición de campos y las espigas como símbolo de amor. Los vecinos salen a ganar las calles. El sol quiere asomarse pero la lluvia, aunque solo sea por un momento, termina por ganarle la batalla. Azuqueca vive ya las fiestas de San Isidro. Tradición, pura tradición.
En tiempos del motor, vuelven las mulas y los burros a la calle, a llevar los frutos de la tierra. Un animal tira del carro con el mosto que, de cuando en cuando, se repare junto con bollos a la multitud que sigue a la comitiva. Otro acarrea las espigas que dan nombre a la fiesta. Suenan las dulzainas como música de fondo.
Espigas, animales...fiesta en las calles. Foto: GUdiario.
Normalmente el recorrido de esta fiesta parte de la plaza de la Constitución, frente al Ayuntamiento, y a través de distintas calles y plazas del casco urbano, termina en el parque de La Ermita. Pero las previsiones meteorológicas, que anunciaban lluvia, habían obligado a cambiar el itinerario para evitar que el agua estropeará la fiesta callejera.
Así, se tenía previsto ir directamente al edificio de La Caja donde, bien a cubierto, se podría continuar la celebración. No obstante, el cielo no lucía mal y se decidió variar un poco este último recorrido para alargar el jolgorio callejero.
Se bordeó el parque de La Constitución hasta la Avda. de Alcalá y por la calle Aranjuez se pasó a la Avda. Madrid. Allí, en un santiamén, los animales, el mosto y el público se plantaron a las puertas de La Caja. Reparto de amor y cariño, ¿me acepta usted una espiga?.
Espigas como símbolo de amor. Foto: GUdiario.
Mientras, en el interior del nuevo espacio, la Casa de Extremadura elaboraba las migas que serían el colofón de la fiesta. Afuera se repartían las espigas, se remataban los bollos, se apuraban los vasos de mosto y continuaba la diversión. Y de repente, la lluvia, la tromba de San Isidro. Que no podía faltar, porque para eso es el patrón de los agricultores.
Esta primera jornada de celebración comenzó al mediodía, con un concurrido oficio religioso, en la parroquia de San Miguel. A la salida, mientras asomaban los paraguas ante el inminente calabobos, salían Santa María de la Cabeza y San Isidro, sacados en procesión por los fieles, mujeres con la primera imagen y hombres con la segunda. Acompañados por la banda de música y, tras un corto recorrido (Plaza San Miguel, Trinidad Tortuero y calle La Ermita) la comitiva llegó al parque, donde se procedió a la ceremonia final.
Las dos imágenes salen de San Miguel. Foto: GUdiario.
Bendición
La bendición de los campos pide la protección de Dios sobre la tierra, las cosechas y los agricultores; con este rito se agradecen las bendiciones recibidas y se pide que los campos sean fértiles, las cosechas abundantes y todo el trabajo agrícola protegido.
Esta bendición es una tradición que busca fortalecer la fe y la gratitud hacia Dios por los frutos de la tierra. En Azuqueca, de fuerte raigambre agrícola, la costumbre viene de lejos y hoy en día, a pesar de no haber campos (o de quedar pocos y estar lejos) se continúan bendiciendo cada 15 de mayo.
Bendición de los "campo". Foto: GUdiario.
Total, que en vez de sobre las parcelas verdes, el agua bendita del hisopo ha caído este jueves sobre las cabezas de los fieles que han acompañado a San Isidro hasta el parque de La Ermita. ¿No son los seres humanos frutos de la tierra? Pues eso, lo importante es el espíritu, la intención, no perder la tradición.
Más actos
Entre los actos de esta primera jornada de las Fiestas de San Isidro han estado, también, la XXII Muestra de Encaje de Bolillos, que ha contado con una exposición de trabajos realizados por la asociación.
Muestra de encaje de bolillos. Foto: GUdiario.
En la Casa de Andalucía actuó el Coro de esta casa regional y, en la carpa del recinto ferial, la música corrió a cargo del cuarteto Tierra. Y los chiringuitos, un chorizo, una morcilla, las casetas, las atracciones...que San Isidro también es diversión.