Ni el agua, ni el frío, ni el viento frenaron la celebración
El viernes, 9 de febrero, tenía lugar la celebración de las vísperas con el tradicional volteo de las campanas de la Iglesia de Santa María y la imposición de la banda de la Alcaldesa Mayor en el salón de plenos, por parte del alcalde de Cogolludo, Juan Alfonso Fraguas.
El honor recayó en Rosa Negueruela, integrante de la Junta Directiva de la Águedas durante dos años, así como también el de dar el pregón de la fiesta. “Para todas las mujeres de Cogolludo, ser alcaldesa es lo máximo. Es una fiesta preciosa”, señala. Madrileña de nacimiento, es cogolludense de adopción. “Vengo, desde que tenía 17 años a esta fiesta”, afirmaba.
El sábado, en una mañana de nubes y claros, frío y algo de viento, en la que tan pronto lucía el sol como llovía, las Águedas de Cogolludo, acompañadas por la charanga Los Maniseros, de Almoguera, recogían a Lorena Jiménez, Alcaldesa de Honor, en el Hotel Residencia Palacio. Lorena Jiménez es la primera mujer que dirige la UNED en Guadalajara.
A continuación, la Alcaldesa Mayor le imponía, a la de Honor, la banda acreditativa, sobre su traje típico, y le entregaba el bastón de mando que ella misma había recibido del regidor cogolludense el día anterior. En un emotivo discurso, Lorena Jiménez agradecía, en primer lugar, su labor a las mujeres de Cogolludo. ”Gracias a vosotras es posible disfrutar de unos días en los que se aúnan la devoción, el carácter lúdico y la reivindicación social por el reconocimiento del papel de la mujer en la sociedad”, señaló, asegurando que, “desde hoy permanezco unida a este pueblo, a vosotras, para siempre”.
La directora de UNED Guadalajara recordó que, apenas un 22% de las alcaldías en España las rigen las mujeres, el resto, un 78% son hombres y que ese porcentaje disminuye incluso en pueblos con menos de 1000 habitantes -la mayoría de los municipios de Guadalajara- donde solo el 18% de las alcaldesas son mujeres. “Esta fiesta pone de manifiesto la diferencia, y a la vez realiza una crítica a las trabas para el acceso de las mujeres a los puestos de responsabilidad y de servicio a la ciudadanía”, recordó Jiménez.
Para terminar su intervención, Jiménez pidió que la fiesta de las Águedas de Cogolludo “sea un recordatorio de lo que aún nos queda por hacer” en materia de igualdad de género.
Después de las pertinentes fotos protocolarias, la comitiva subía por la calle Juan de Mingo hasta la Iglesia de Santa María, donde se iba a celebrar la misa. La acompañó musicalmente el animoso coro parroquial. Y la ofició el párroco local, Mauricio Muela. La lluvia impedía que Santa Águeda saliera en procesión este año por las calles de la villa serrana, aunque sí lo hizo por el interior de la iglesia.
También en el interior de la Iglesia, tenían lugar los bailes regionales en el que diferentes grupos de niños y jóvenes bailaron al son de guitarras, laúdes y voces del coro de Cogolludo jotas y danzas típicas de la tierra.
Cabe recordar que fue en el año 1945 cuando se formó la primera junta de mujeres que se hizo cargo de recuperar la fiesta después de unos años de abandono. Como no había imagen de Santa Águeda, entonces la celebración consistía únicamente en merendar juntas las mujeres y organizar el clásico baile que mantenía el privilegio femenino de sacar a bailar a los hombres.