Al menos dos especímenes de Homo habilis presentan marcas de dientes producidas probablemente por leopardos, lo que indica que quizás no se encuentra tan a la cabeza de la cadena alimenticia como se pensaba
El Homo habilis es una de las primeras especies conocidas del género Homo. Destaca por muchos aspectos, pero principalmente por la visión tradicional que establece que desempeñó un papel primordial en el uso de herramientas líticas (aquellas fabricadas a partir de piedras y minerales) y en el consumo de carne en los inicios de la humanidad. Siempre ha sido considerada como la primera especie en fabricar herramientas de piedra y, por tanto, en consumir carne de manera regular. Sin embargo, un estudio ha demostrado que el homo habilis no se encuentra tan a la cabeza de la cadena alimenticia como pensábamos y que tampoco es la especie responsable del cambio en la balanza entre depredadores y presas.
Lo que han descubierto los investigadores es que al menos dos especímenes de Homo habilis presentan marcas de diente probablemente producidas por leopardos, según varios modelos de aprendizaje profundo. Marcas que rebaten la dominancia que tradicionalmente se pensaba que tenía y sugiere que, en realidad, era el Homo erectus (una especie hominina más avanzada) la responsable de las primeras prácticas de caza y carnicería. “Sin duda, este descubrimiento ha sido muy relevante para nosotros, ya que nos ha permitido conocer con mayor precisión la relación entre homininos y carnívoros en un momento clave de la evolución humana. Esto es especialmente importante en un lugar donde el registro arqueológico nos está aportando información de gran valor y muy detallada sobre la conducta subsistencia de los grupos humanos que formaron los yacimientos del lecho más antiguo de la Garganta de Olduvai”, explica la investigadora Marina Vegara.
Y eso no es todo. Los hallazgos fósiles de los últimos años sugieren que el Homo erectus estaba presente en la misma época que el Homo habilis, lo que plantea nuevas preguntas sobre qué especie fue realmente la que inició la transición hacia la depredación activa.
Este hallazgo tiene muchas implicaciones: sugiere que el cambio de presa a depredador, que marca un punto de inflexión en la evolución humana, podría haberse producido después de lo que pensábamos. Identificar la especie responsable del cambio sigue siendo uno de los desafíos más urgentes de la paleontología.
La investigación, que acaba de ser publicada en la revista Annals of the New York Academy of Sciences, está liderada por investigadores de la Universidad de Alcalá que llevan años trabajando en la Garganta de Olduvai y tienen su base en el instituto de Evolución en África (IDEA).