En Tamajón se han identificado huesos de equinos del periodo Auriñacense, hace 25.000 años
Gabriela Villecco-Javier Trueba/Madrid Scientific Films El ADN extraído de restos de caballos hallados en el yacimiento paleolítico de La Malia, ubicado en Tamajón, ha permitido identificar a los ejemplares más antiguos del linaje ibérico de estos equinos, vinculados a los representados en el arte rupestre.
Los restos analizados han sido encontrados en la octava campaña de excavaciones que se ha desarrollado en el abrigo de La Malia, y han consolidado al yacimiento como clave para conocer la vida de los cazadores-recolectores que ocuparon el enclave hace 36.000 y 25.000 años, ha informado este lunes en una nota de prensa el Ayuntamiento de Tamajón.
Asimismo, ha destacado que el hallazgo refuerza el papel del Abrigo de La Malia como referente internacional para el estudio de los primeros Homo sapiens en la Meseta y en el papel y para estudiar la dinámica poblacional del Paleolítico superior en el suroeste de Europa.
Este año la campaña, que han dirigido Adrián Pablos (Universidad Complutense de Madrid) y Nohemi Sala, del CENIEH (Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana), ha permitido avanzar en la excavación de los niveles más antiguos del yacimiento, correspondientes al Auriñaciense (de hace entre 31.000 y 36.000 años), además de elaborar una carta estratigráfica que servirá de base para futuras investigaciones.
Entre los avances más relevantes destaca el muestreo de ADN antiguo en restos de caballos, que ha permitido identificar los ejemplares de La Malia como los representantes más antiguos del linaje ibérico, ha indicado el Ayuntamiento de Tamajón, que ha precisado que estos caballos salvajes serían similares a los que fueron representados en las pinturas rupestres del Paleolítico superior.
Gabriela Villecco-Javier Trueba/Madrid Scientific FilmsEn paralelo, se ha analizado la tafonomía del yacimiento, es decir, los procesos que sufrieron los huesos desde la muerte del animal hasta su hallazgo y sus resultados han confirmado que fueron los humanos quienes procesaron y consumieron los restos de bisontes, caballos, ciervos o rebecos hallados en el abrigo.
Los investigadores consideran que La Malia fue un abrigo para la captación de recursos animales, de forma que pequeños grupos de cazadores llegaban al enclave, procesaban las presas y después se desplazaban a otros lugares.
Así se ha confirmado en las excavaciones que se han venido haciendo en el yacimiento desde 2018, que han documentado herramientas líticas y óseas y restos de fauna con marcas de corte y estructuras de combustión, que prueban la ocupación reiterada del abrigo durante el Paleolítico superior.
En las de este año se han vuelto a documentar pequeños hogares con restos de combustión, carbones y huesos quemados, que ilustran la vida cotidiana de estos grupos de cazadores-recolectores y también han aparecido nuevas piezas líticas en sílex y cuarcita, así como utensilios especializados en el procesamiento de pieles y la preparación de la caza.
Adrián Pablos ha explicado: "Los restos nos permiten reconstruir cómo era el día a día de estas comunidades, cómo cazaban, cómo troceaban la carne, cómo utilizaban el fuego para cocinar y calentarse, e incluso podemos identificar los animales que consumían, desde ciervos y caballos hasta grandes bóvidos".
EFE