Según sus testimonios les han cortado la luz, el gas y el agua. El propietario de las viviendas las considera okupas. Decidirán los tribunales
Calle Abetos, en Azuqueca de Henares. Foto: Guadalajaradiario
Sin luz, sin agua, sin gas. Con problemas para acceder a su propia vivienda cada vez que salen; se sienten hostigadas y acosadas según han testimoniado al redactor Guadalajaradiario.es. Dos mujeres llevan resistiendo tres meses en sus respectivos pisos del número 22 en la calle Abetos, de Azuqueca de Henares.
Las inquilinas de los dos pisos denuncian presiones y maniobras intimidatorias por parte de la empresa propietaria para que abandonen unos pisos en los que llevan residiendo desde hace tiempo con contratos antiguos a la nueva propiedad. Una de ellas lo habita desde hace cuatro años, la otra desde hace diez, según su abogada. "De forma legal y regulada", argumentan, con un contrato de diez años la primera y de cuatro la segunda que, en su día, les gestionó una agencia inmobiliaria, según ha declarado también su abogada a este diario. Niegan, en su opinión, por tanto, estar ocupando las casas.
En el argot inmobiliario, cuando compras un piso y tiene inquilino, se dice que hay “bicho” dentro. Y, en la mayor parte de los casos, en la práctica, se trabaja para librarse de los contratos antiguos por mejoras económicas con los nuevos arrendamientos. En esta ocasión, los nuevos propietarios de varios pisos del edificio han recurrido, presuntamente, a una empresa de desocupación de inmuebles.
Esta última empresa ha ido consiguiendo, con distintas estrategias, que sus moradores abandonaran las casas. Al final quedaban en estos dos pisos dos mujeres solas con menores a su cargo una de ellas. Las afectadas aseguran que, al verlas en esta situación, "debieron pensar que eran el eslabón más débil".
Las puertas han sido selladas. Foto: GUdiario.
Según sus propias declaraciones, denuncian que comenzaron entonces las primeras amenazas para conseguir que se marcharan, pero ellas resistieron en su reclamación de derechos adquiridos.
Desde la Plataforma Feminista reiteran que ambas vecinas tienen contrato de arrendamiento, pero reconocen que desde que se ha producido el cambio de propietario, 'no han hecho efectivo el pago de la renta', porque no se les ha comunicado nada: “no saben con quién tienen que hablar ni a quién pagar. Ellas estaban antes, mucho antes de que la nueva empresa se hiciera con la propiedad”, es el argumento de la Plataforma.
El pasado viernes, día 17, la Plataforma realizaba una concentración en la mencionada calle azudense para apoyar a estas vecinas y denunciar a la empresa “por los actos intimidatorios y violentos, con total impunidad y falta de humanidad”.
Esos actos, según las arrendatarias, incluyen el sellado, mediante soldadura, del acceso comunitario a las llaves de la luz, del agua y del gas. Las dos afectadas también reciben continuas llamadas a la puerta y denuncian que sufren, cada dos por tres, "la colocación de silicona en las cerraduras de sus puertas" según declaran. Tres meses así, denuncian. Las dos mujeres, con menores a su cargo, dicen que han tenido que trasladarlos temporalmente con otros familiares para que los pequeños no se tengan que enfrentar a estas situaciones.
No hay acceso posible a los suministros. Foto: GUdiario.
Los hechos ya están ante la justicia, afirman. Las afectadas han presentado una denuncia por “acoso inmobiliario”, además de otras dos nuevas, que suponen una ampliación de la primera, ya que son acciones "encuadradas dentro del hostigamiento" afirman a este periódico. En esta denuncia se incluyen partes de lesiones fruto de agresiones físicas, añaden.
Al mismo tiempo han denunciado a un conocido programa de televisión nacional por "tergiversar" totalmente su historia. Es la siguiente fase del acoso, alegan: “inventarse una historia de prostitución y drogas, jugar con la reputación, la imagen y el honor, aunque no sea verdad”
La Plataforma Feminista de Guadalajara considera que “esto no es un problema de ocupación, es un problema de especulación inmobiliaria. Una situación de total indefensión, porque un buen día llega alguien y dice que te tienes que ir, pero ellas no han incumplido nada. Hay un señor que se toma la justicia por su mano y las fuerzas de seguridad no escuchan a estas mujeres”. En cualquier caso, la justicia tendrá que decidir.
Apoyo del Sindicato Inquilinos: "ni demanda ni notificación"
El Sindicato de Inquilinos de Guadalajara tiene claro el trasfondo de este asunto y su visión coincide con la de la Plataforma Feminista: “Se trata de un caso de acoso inmobiliario sobre dos mujeres cuya situación está totalmente regularizada y normalizada”. Gustavo Rioja, su portavoz, sostiene los mismos argumentos. “Ellas tenían contrato con el anterior dueño del inmueble. Dejaron de pagar porque ni el anterior propietario ni el actual se han puesto en contacto con ellas para nada. No ha habido ninguna demanda ni ninguna notificación, simplemente vinieron para desalojarlas por la fuerza. Los problemas en la comunidad vinieron cuando llegó este señor”, dice.
Manifestación en apoyo de las afectadas. Foto: Plataforma Feminista.
El Sindicato de Inquilinos de Guadalajara señala que el representante de la empresa llegó con una actitud "racista y misógina" presuntamente profiriendo amenazas contra las dos mujeres para intentar que se fueran de los pisos en los que viven.
Además, resalta Rioja, han cortado un bien básico como es el agua: “algo que está prohibido por ley.” El corte de suministros afirman que, por supuesto, "afecta a todo el bloque". El portavoz del Sindicato pide la intervención del Ayuntamiento y las autoridades para defender el "derecho a las vecinas de vivir en sus casas".
Los propietarios actuales las considera "okupas"
El representante de la empresa porpietaria de varios pisos de este edificio de la calle Abetos de Azuqueca ha dado una versión totalmente contraria de los hechos a este periódico.
Recuerda, en su opinión, que el edificio estuvo ocupado durante un tiempo y ahora se ha adquirido por un fondo de inversión. Según su testimonio, las dos afectadas no tienen contrato de alquiler, por lo que son okupas, y han sido ellas mismas las que han cortado los cables y el internet, lo que ha motivado el sellado de los accesos: “Iberdrola nos ha dado a nosotros el consentimiento para cerrar el suministro” declara él mismo.
El representante de la empresa insiste en la problemática de los pisos de estas dos vecinas que, sostiene, “son puntos de venta de droga”. Además, afirma que las dos mujeres “nos han intentado ocupar un piso y hacen la vida imposible a los vecinos”; y que ambas tienen por ello “numerosas denuncias ante la Guardia Civil”. Desde la empresa aseguran a Guadalajaradiario.es que se les ha ofrecido un dinero a ambas por abandonar los inmuebles. Señalan también que los vehículos de sus empleados han sufrido destrozos cuando han acudido al lugar.
Este jueves, nuevo "episodio" en la calle Abetos. Foto: GUdiario.
Para la Plataforma Feminista estas acusaciones son una estrategia para sostener un relato. “Cuando estás llamando a alguien okupa ya le estás colgando un estigma, con lo que eso supone, además, en un pueblo”.
El colectivo señala que “una de ellas ha perdido el trabajo que tenía debido al estrés derivado de esta situación y ambas tienen un certificado de vulnerabilidad emitido por la concejalía de Bienestar Social del Ayuntamiento de Azuqueca”
La Plataforma Feminista reitera que no hay ninguna acción civil ni penal contra estas dos vecinas y señala que la eléctrica no ha puesto tampoco denuncia alguna contra ellas. Además, recuerda, “no tendría sentido cortar su propia luz ni su propia agua”.






