La comunidad se ha volcado en la búsqueda del animal
Mocca, de nuevo feliz en su hogar. Foto: facebook.
Una comunidad es un tapiz urdido con hilos invisibles. La empatía, los afectos, el apoyo en los momentos complicados. Con esos mimbres se hace un pueblo fuerte, por mucho, que sea joven, reciente y cada uno venga de un lugar diferente.
Mocca ya se ha ganado un puesto en la intrahistoria de Villanueva de la Torre. La pérdida de este perro ha despertado una ola de solidaridad para con sus dueños que ha tenido a toda la comunidad pendiente de este animal durante los últimos veinte días.
“Se perdió el día 13, por la mañana y rápido montamos un grupo de Facebook”, afirma María José, su dueña. La respuesta fue total “yo, con que me ayudaran dos personas, ya me daba por contenta, pero hemos hecho cuatro batidas y, en cada una de ellas, hemos tenido quince personas” Vecinos, amigos, familia. Unos se han dedicado a imprimir carteles, otros a colocarlos, tanto por Villanueva como por los pueblos de alrededor. Otros han cambiado sus rutas de paseo o de ir al trabajo para mirar por si le podían ver.
El animal ya puede descansar tranquilo. Foto: facebook.
Muchos han acudido a las quedadas y han aportado su camioneta, su bici, el coche, las cámaras y, lo más importante, su tiempo. “Había muchos coches por los caminos buscando al perro, gente que no conocía de nada. Se nos saltaban las lágrimas cada vez que veíamos un buen acto de alguien que buscaba a Mocca como si fuese suyo. Ha sido increíble; estoy muy agradecida”, afirma María José.
Este jueves, después de veinte largos días, Mocca ha regresado a casa. Sobre las 2,00 de la madrugada apareció en la puerta devorando la comida que su familia le había dejado durante ese tiempo. Atrás han quedado unos días de pesadilla pero, por el contrario, han sido también unos momentos en los que Villanueva de la Torre ha demostrado el calor, el apoyo, la humanidad. ¿Por un perro? Por supuesto, una comunidad está siempre cuando se la necesita.







